viernes, 15 de marzo de 2013

Habemus Papam

La primera vez que escuché "Habemus Papam" fué un día de octubre de 1958 al salir del Instituto Beatriz Galindo. Estaba en sexto curso de bachillerato, el curso casi acababa de empezar y volvía con algunas compañeras a casa. Por la calle Velázquez nos cruzamos con un grupo de chicas de un colegio religioso que repetían la frase una y otra vez. Parecían muy emocionadas y felices.

A nosotras en el Instituto no nos habían dicho nada pero al día siguiente, al entrar en clase, encontramos escrito con grandes letras Habemus Papam en la pizarra. Aquel día todas las alumnas, de todos los cursos, tuvimos que hacer una redacción sobre la elección del nuevo Papa. Menos mal que yo tenía la costumbre de leer el periódico con mi padre y de escuchar las noticias que daban por la radio, en aquel programa que se llamaba El diario hablado de Radio Nacional de España y, la redacción no me quedó mal del todo.

A la muerte del Papa Pío XII, que fue al primero que yo conocí y que recuerdo como una figura majestuosa y distante, al que, aparte de en fotografía, solo había visto alguna vez en el cine cuando salía en el NO-DO,

(Pío XII, como en un cuadro del Siglo de Oro)

los cardenales habían elegido en aquel primer Cónclave del que yo tuve noticia, al Cardenal Roncalli, que eligió llamarse Juan XXIII.

(Juan XXIII fué beatificado en el año 2000)

El Papa Juan XXIII puso en marcha muchas reformas en la Iglesia y convocó El Concilio Vaticano II. Su aspecto sencillo le valió el apodo de "El Papa bueno".

Su pontificado no duró mucho, murió en 1963 y el nuevo cardenal elegido Papa fue Antonio María Montini, que escogió el nombre de Pablo VI.

Ese Habemus Papam recuerdo que lo escuché en una pequeña radio que tenía en mi mesa de la oficina y que, alguien que estaba allí en ese momento, comentó que a Franco no le iba a gustar porque el Cardenal Montini había sido, en ocasiones, muy crítico con el régimen. Yo era muy joven y entonces no sabía de qué hablaba aquella persona.
(Pablo VI, fué el primero que viajó a los cinco continentes y se ganó el apodo de "El Papa peregrino")
En 1965, cuando me casé, una amiga desde Roma me hizo llegar, como regalo de boda, un telegrama con la bendición de Su Santidad Pablo VI. Me hizo ilusión y conservo el papelito de telégrafos junto a las fotos de ese día.

En agosto de 1978 falleció Pablo VI y en el Cónclave siguiente, el 26 de agosto salió elegido el Cardenal Albino Luciani que adoptó el primer nombre compuesto en la historia del Papado: Juan Pablo I, en homenaje a sus dos antecesores.

(Juan Pablo I, salió al balcón de la plaza de San Pedro vistiendo  sencillamente la sotana blanca )
Al Cardenal Luciani le llamaron "El Papa de la sonrisa". Pasó por el Vaticano como de puntillas. Su pontificado duró exactamente treinta y tres días. Murió mientras dormía, el 28 de septiembre de 1978..

Recuerdo que en aquella época tenía mucho trabajo con mis cuatro hijos, la última de pocos meses y me impactó mucho escuchar una mañana que Juan Pablo I había muerto. Casi no le había visto nunca porque aquellos días yo veía poca tele.

Sin haber tenido tiempo de "recoger" la organización del último cónclave, se convocó otro nuevo. En esta ocasión hubo muchas sorpresas. Creo que todo el mundo estaba pendiente de la chimenea de la Capilla Sixtina.

El 16 de octubre el humo salió blanco y se anunció Habemus Papam (polaco). La nacionalidad del Cardenal Karol Wojtyla fué la primera sorpresa. Se rompía la costumbre de que casi todos los papas hubieran sido italianos. Eligió continuar con el nombre de su antecesor, esta vez Juan Pablo II.

(Juan Pablo II en su primera bendición Urbi et orbi)
Juan Pablo II, era muy joven,  tenía nuevas costumbres, había sido actor de teatro en su juventud, hacía deporte, mandó construir una piscina para su uso, fue un viajero incansable. Utilizó en sus desplazamientos el conocido como "papamóvil", dejando de lado la ceremonial "silla gestatoria".

En 1981 sufrió un atentado mientras recorría en el papamóvil la Plaza de San Pedro. Papa entre dos siglos quizá haya sido el más mediático y del que más se haya escrito. Yo solo quiero recordar aquí esas primeras impresiones de su comienzo y de su doloroso final. Nunca quiso retirarse a pesar de estar muy enfermo.

Después de más de veintiseis años de pontificado murió en abril de 2005. Su sucesor lo beatificó en mayo de 2010.

Del siguiente cónclave me acuerdo muy bien. En esa ocasión  pasé mucho tiempo frente al televisor, siguiendo, casi en directo, todas las ceremonias ancestrales de la elección de un nuevo Papa.

Como si se tratara de una película -recuerdo Las sandalias del pescador- los informativos y las conexiones en directo ofrecían un espectáculo de una gran belleza en el que hasta el último movimiento estaba controlado. Verlo desde mi sillón, a todo color, me fascinó.

El elegido, de nuevo sorprendió a muchos. Esta vez era un cardenal alemán, Joseph Ratzinger que quiso ser el Papa Benedicto XVI.  El cardenal alemán había sido asesor teológico durante el Concilio Vaticano II y se alabó mucho su capacidad intelectual.
A mi me gustaba saber que tocaba el piano y tenía un gato.

(Benedicto XVI, bendiciendo a los católicos del mundo con una gran sonrisa)
Poco antes de cumplirse los nueve años de su pontificado, Benedicto XVI dejó sin palabras al mundo al anunciar el pasado mes de febrero que dejaba la Sede Vacante y se retiraba, por motivos de salud, a un monasterio en donde piensa dedicar el resto de su vida a la oración y la escritura. Es el primer Papa, en siglos, que toma esa decisión. Ahora su título es el de "emérito".

Así que hace unos pocos días se convocaba un nuevo Cónclave del que ha salido elegido otro Papa con sorpresa. Esta vez viene de allende los mares (del fin del mundo como dijo él mismo tras ser elegido). El Cardenal Jorge Bergoglio, llega desde Buenos Aires, argentino de ascendencia italiana y perteneciente a la Orden de San Ignacio de Loyola (jesuíta).

Ha pedido llevar el nombre del santo de Asís. Francisco I, y también que recemos para ayudarle en su tarea.. En estos días los medios de comunicación están echando humo aportando toda la información disponible sobre el nuevo Papa. 

(El Papa Francisco I impartiendo la bendición Urbi et orbi, con la sotana blanca, sin más ornamentos, como hizo en su día Juan Pablo I)
A mi me ha gustado que haya elegido ese nombre. Francisco se llamaba mi padre y también uno de mis hijos. Recuerdo haber leído en la biografía del santo que su padre, comerciante de telas, le puso de nombre "francesco", porque era bueno y suave como el paño de Francia.

Mis "franciscos" han sido y son buenos, no siempre suaves pero sí resistentes.

Espero que, sobre todo a mis chicos, esta entrada en mi blog  les sirva para que sientan curiosidad y quieran saber más cosas sobre los siete Papas que ya ha conocido su abuela. Esto es Historia y siempre os puede tocar alguna preguntita.
Abuela Ana 

2 comentarios:

  1. Te voy a hacer una corrección... recuerda que no es Francisco I hasta que no haya un Francisco II... es el papa Francisco, a secas :-)

    Para mí es mi segundo "habemus papam"... tiene su punto emocionante vivir estos momentos históricos.

    A ver cómo le tratan los años y qué nos depara su papado.

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  2. Tienes toda la razón, muchas gracias y lo tendré en cuenta.

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