miércoles, 18 de diciembre de 2013

El bebé abrigadito. Más labores de otoño.

Mi entrada de hoy sí es para abuelas. También para futuras mamás y para quien disfrute tejiendo pequeñas prendas para bebé.

Estas labores tan pequeñas son muy entretenidas, en el sentido de pasarlo bien tejiéndolas y en el de precisar mucho cuidado para rematarlas de forma bonita.

El próximo mes de enero voy a ser de nuevo abuela, de mi séptimo nieto, será un niño y sus papás han pensado para él un bonito nombre: Elías.

Para el coche de salir de paseo le he tejido una manta de lana de 80 x 80 cm. para abrigarle dentro del saco del cochecito. Si sale tan callejero como su hermana mayor, va a tener por delante varios meses de mucho frío.




He usado 200gr. de lana Katia/Tirol en color gris , agujas del 5,5 y empecé la labor con 140 p. Para hacer el dibujo he tejido punto bobo, punto jersey derecho y un calado simple. Por la calidad de la lana ha quedado ligera y esponjosa.

La ropita del niño la he hecho con unas madejas de lana muy fina, especiales para bebés. Compré una de cada color: gris, blanco, beige claro y marfil. He seguido los modelos de una revista, para las medidas de recién nacido o primera edad, y el resultado han sido tres chaquetitas y dos gorros.


(Punto jersey derecho y elástico 1/1. Se cierra por delante con 4 botones de nácar blancos)


(Punto bobo, remates en punto cangrejo en el cuello y cinco botones planos en la espalda. El gorro con adornos en gris le sirve también a la chaqueta de arriba) 

Para la presentación en sociedad del peque, he pensado este modelito más elegante en color marfil con adornos en beige claro. El gorro es igual que el blanco y gris. La chaqueta también se abrocha por delante con cuatro botones de nácar beige.




No es mi intención añadir un nuevo blog de labores pero tenéis que perdonar a una abuela ilusionada que quiere presumir un poco de sus "obras". También puedo aseguraros que son modelos exclusivos. Me inspiro en las revistas pero al final llevan mi sello personal.

Espero que el peque se sienta cómodo y calentito con la ropa que le he tejido poniendo todo mi amor en cada una de las vueltas. Según vaya creciendo le haré cositas nuevas.

Y, como yo digo: manos ocupadas cabecita despierta.
Abuela Ana

viernes, 29 de noviembre de 2013

Noviembre, dichoso mes... Recibiendo al frío. Bufandas calentitas

Si me descuido un poco se me acaba el mes de noviembre. Estas últimas semanas se me han pasado volando.

Lo cierto es que he hecho muchas cosas. He leído, he disfrutado de mis nietos, he quedado con amigas (menos de lo que hubiera podido, pero me he vuelto perezosa), he hecho labores nuevas para ese pequeñín que está en camino y que será mi séptimo nieto y, con la llegada del frío, he aprovechado para hacer dos regalos de santo y cumpleaños a Diego y Marta.

Les he tejido unas bufandas de lana, suaves y calentitas para que se acuerden de su abuela cuando salen temprano para ir a clase. Así están abrigados y guapísimos. ¡Qué voy a decir yo! Tenéis que creerme porque solo me dejaron fotografiar la bufanda.


La lana que he utilizado es de la calidad Azteca, de Katia y, como siempre, la he comprado en Lanas Sixto de la calle Atocha, 9 de Madrid. (No me dan comisión por la publicidad, pero siempre están dispuestos a ayudarme y a aconsejarme bien)
He usado dos ovillos de 100 gr. cada uno y la he tejido con agujas del nº 6.




La de Marta tiene 39 puntos tejidos a elástico 1/1 y mide más o menos 1,70 m de largo total. Estupenda medida para darse tres vueltas si hace mucho frío. Está cerrada, uniendo los puntos de la última vuelta (sin cerrarlos) uno a uno, con los de la vuelta del comienzo de la labor, con una puntada sencilla.


Para Diego escogí de la misma lana, unos ovillos como de cine en blanco y negro, que una vez tejidos quedan muy originales.



Está tejida igual que la de Marta pero tiene 41 puntos de ancho, así que al final mide 1,60 m




Está cerrada igual que la otra y haciéndolo con cuidado es difícil encontrar la costura.
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No quería terminar el mes de noviembre sin recordar el refrán que siempre decía mi madre: Dichoso mes que empieza con Los Santos y acaba con San Andrés. Muchas felicidades a algún Andrés al que quiero mucho.

Sigo con las labores y ya os contaré qué tal me quedan.
Abuela Ana.

sábado, 5 de octubre de 2013

De El círculo de Lectoras a La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey

Al volver de vacaciones de verano mi amiga Maruja me recomendó algunos de los libros que había leído y, como me fío mucho de su criterio, en cuanto que puse la casa en marcha y preparé el sillón de lectura de otoño (aunque la climatología se haya resistido casi un mes), he pasado unas tardes deliciosas leyendo una de las novelas recomendadas.

De Mary Ann Shaffer, su autora no conocía nada, pero el título me hizo gracia, La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey, empecé a leerla y me enganchó desde las primeras páginas.

Es una novela epistolar, como la Pepita Jiménez de Juan Valera, que nos hacían estudiar en el bachillerato. Eso de entrada puede no gustar, pero lo cierto es que a las pocas páginas te olvidas y las cartas están tan bien enlazadas que la historia fluye y solo sigues el "diálogo" entre los diversos protagonistas.


La historia, empieza en Londres en 1946, cuando una escritora, Julieth Ashton, que ha estado escribiendo una columna en un periódico londinense durante la segunda guerra mundial, recibe una carta de un desconocido que ha encontrado su dirección anotada en un libro de segunda mano, que al parecer le perteneció. El remitente desea saber si le puede dar más información sobre el autor, y le cuenta que pertenece a una sociedad literaria surgida durante la ocupación alemana en una de las islas del Canal de la Mancha.


Julieth, que está buscando nuevos temas para su columna periodística decide conocer a los habitantes de la isla y a los integrantes de esa curiosa Sociedad literaria.... Al principio a través de correspondencia y poco a poco viviendo sus costumbres, historias recientes, historias pasadas y el carpe diem, al que hace referencia varias veces a lo largo de la novela. Al final  decide que su próxima novela sea sobre la creadora de la Sociedad literaria ......

Confieso mi total ignorancia sobre la existencia de las islas de el Canal, lo que significaron para los alemanes durante la guerra mundial y también para sus habitantes durante los años de ocupación. Espero tener ocasión de conocer algo más.

La novela me ha encantado porque, como siempre que algo me gusta, he encontrado muchas cosas que me recordaban vivencias propias. Nuestro grupo de lectura de los jueves, al que los camareros del hotel donde nos reuníamos llamaban El círculo de lectoras, tenía mucho de La sociedad literaria.... Poníamos en común la lectura de un libro pero, cada tarde también poníamos en común nuestros problemas, nuestras alegrías, las vivencias de cada una...

Va a ser difícil que nos podamos reunir de nuevo algo más que una tarde de vez en cuando, porque han sido muchos años y el grupo cada vez se ha ido haciendo más pequeño, pero también va a ser muy difícil que olvidemos todo lo que esas reuniones nos han aportado. Lo que hemos aprendido, lo que nos hemos reído y también lo que en algunas ocasiones hemos llorado.

Nuestra sociedad no hacía pastel de piel de patata, pero a veces nos montábamos unos "picnics" extras celebrando cumpleaños, santos, bodas de hijos o lecturas gloriosas que eran una auténtica gozada. Recuerdo aquellos mojitos después de haber leído Muerte de un murciano en La Habana, de Teresa Dovalpage; o las infusiones con chorrito de auténtica Cachaça traída desde Sao Paulo en nuestra puesta en común de Doña Flor y sus dos maridos, de Jorge Amado. Y qué contar de las tardes en que Paloma aportaba a la merienda unos canapés de Lhardy, auténtico lujo, que nos podíamos permitir por sus lazos familiares con el famoso restaurante.

Espero que nadie se enfade por poner aquí una de las fotografías a las que más cariño tengo. Nuestra joven y guapa profe la puso hace años en facebook y tuvo algún comentario sobre la edad media de sus amigas. Ella les contestó que estaba rodeada de auténticas señoras. Muchas gracias Koro por la parte que me corresponde.
Es un cariñoso homenaje a la amistad. Y a unas chicas muy listas.


(Fue una tarde dedicada a Cortázar)

Al igual que a los habitantes de Guernsey les quedó el gusanillo por la lectura a nosotras también y, aunque no nos veamos a menudo, nos seguimos recomendando libros a través del correo. Estos correos no son tan bonitos como las cartas que traía el cartero con su sobre cerrado, sus sellos y sus matasellos pero hay que reconocer que son muchísimo más rápidos.

Os recomiendo también un paseo por el Paseo de Recoletos, está la Feria del libro de ocasión y ¿Quién sabe?, a lo mejor compráis un libro de segunda mano con una dirección anotada en su interior y podéis vivir una historia preciosa como la contada por Mary Ann Shafer y su sobrina Annie Barrows.

Abuela Ana

miércoles, 14 de agosto de 2013

Verdes praderas. Mi casa en el pueblo

A través de las rajas de la persiana está empezando a entrar el sol. Hay un pentagrama de luz sobre la puerta del armario, también ha sonado el despertador de los cientos de pájaros que me tienen alquilado el jardín para poner sus nidos en los árboles.

Realmente no tengo ninguna cosa en especial que hacer y que me obligue a levantarme tan temprano de la cama pero, por eso precisamente, es cuando más a gusto estoy y más disfruto del jardín.

Anoche regué bastante porque después de una larga tarde en la que llegamos a los 37º estaban la hierba y las plantas con un punto triste y lacio que daban pena. El agua ha hecho efecto y esta mañana es como si hubieran revivido.

Hoy estoy sola. Ha habido varios cambios de "veraneantes" en casa de la abuela y pronto volveré  a tener compañía.

Así que estos son los días en los que aprovecho para dedicar más tiempo al jardín: corto la hierba, recojo hojas, corto flores secas... y eso lo terminé de hacer ayer. Al acabar, voy recorriendo cada rincón para comprobar que todo está a mi gusto. Este verano mi hija Ana ha plantado cosas nuevas que están aguantando los calores como pueden y necesitan cuidados intensivos y especiales.

Pero hoy he decidido disfrutar de la naturaleza, los pájaros, el sol y un buen baño en mi pequeña piscina.

La mañana da para mucho y, ya cerca de las doce, he colocado mi "tienda" a la sombra de un muro de arizónicas recién regadas. Una tumbona, una pequeña mesita en donde dejo, ese apéndice imprescindible que es el móvil, las gafas de sol, las de leer, un pequeño radio transistor (del año catapúm pero que se oye estupendamente) y el libro que estoy leyendo.

Mi amiga Concha me ha dicho que estaba leyendo el último de Rosa Montero y a mi hoy me ha parecido interesante volver a leer, después de muchos años, una de las primeras novelas de Rosa,
Te trataré como a una reina. Es de 1983, la autora era muy joven pero ya tenía una brillante trayectoria profesional acumulada.

Así que imagináos a la abuela Ana con un  programa de Radio clásica, de fondo, bajito,  la novela en la mano y cerrando de vez en cuando los ojos para disfrutar del canto de los pájaros que, sobre todo con algunos instrumentos como el violín, parece que se animan a cantar más fuerte.

¿Por qué os cuento todo esto?, pues porque en días como este, me siento feliz por no haber decidido vender la casa del pueblo cuando el abuelo nos dejó.  Quiero creer que tampoco mis hijos me hubieran dejado hacerlo. Hay mucho amor y mucha dedicación en cada uno de los rincones del jardín y de la casa. A pesar de que cada verano nos cojamos un berrinche cuando algo no funciona y hay que arreglar o reponer alguna cosa.

Durante la siesta, a no menos de 35º en el exterior, veré mi novela en la tele, dormitaré un poco y cuando baje el sol volveré a bañarme, a leer y a esperar la anochecida para refrescar el jardín. Cuando pongo en marcha el motor de riego y empieza a salir agua por seis aspersores a la vez, me siento como si estuviera en el paraíso, en mi paraíso pequeñito y sin grandes ambiciones, en el que  soy muy feliz.

En una auténtica "noche toledana" con fondo de canto de grillos

Luego, cuando sea noche cerrada, apagaré las luces de la casa y del jardín y miraré al cielo en donde estos días se pueden ver cientos de estrellas, estrellas fugaces y la luna que está creciendo. Cuando sea luna llena, será la tercera que he visto este verano en mi casa de Escalona.

Abuela Ana

domingo, 23 de junio de 2013

La noche de San Juan

Esta noche es la Noche de San Juan, noche mágica, llena de tradiciones paganas y de ganas de fiesta y diversión.

He estado mirando cosas sobre la manera de celebrar esta fiesta a través de nuestra geografía y también lo que ha significado en antiguas civilizaciones. No voy a hacer aquí un corta y pega que podéis buscar vosotros mismos, solo quiero pensar en "voz alta" sobre mi celebración en noche tan especial.

El solsticio de verano es, sobre todo para vosotros mis chicos, el final de un curso y el principio de unas merecidas vacaciones. Es el momento de recoger los resultados de vuestro esfuerzo en estos meses. Ya se que no es fácil y que no estáis contentos del todo. Siempre podía haber ido mejor pero eso es lo importante, que seáis exigentes con vuestro trabajo. Yo me siento muy orgullosa de ser vuestra abuela.

Tengo la costumbre, esta noche, de quemar aunque sea de forma imaginaria, todos los malos rollos del último año. Por supuesto que no enciendo una hoguera en la terraza, pero sí he escrito a veces en un papel las cosas malas que me han pasado, los pequeños o grandes disgustos que he tenido en los últimos doce meses  y después he quemado el papel. Una buena amiga me animó a hacerlo ya hace mucho tiempo y lo cierto es que a mi me ha funcionado.


De este año hay algunos malos rollos que necesito incinerar y pienso hacerlo en cuanto que den las doce.

Luego me dedicaré a recordar las cosas positivas y a planificar mi verano, que ya está aquí y quiero disfrutarlo en mi casa en Escalona, con mi familia, mis plantas, los pajaritos del campo y unos cuantos libros para leer a la sombra en los días de más calor.

Me encanta este cuadro: "Mujer leyendo" de  Monet
(yo me visto más sencillita para leer a la sombra). 

En la Noche de San Juan no puedo dejar de recordar al abuelo. Era el día de su santo y le encantaba celebrarlo. Ahora tengo a mis niños. A Jan en Colonia y a Juan en el piso de arriba. Muchas felicidades a los dos y un beso grande de vuestra
Abuela Ana

domingo, 5 de mayo de 2013

Un siglo y algo más.

Hoy, cinco de mayo de 2013, mi padre hubiera cumplido 110 años. También hoy celebramos en España el Día de la Madre, así que he pensado que como el año pasado os hablé de mi madre , hoy os voy a contar algo sobre mi padre. El bisabuelo Paco.

Nació un día como hoy en 1903, en Bailén. Fue el pequeño de tres hermanos varones y como su madre contrajo una enfermedad que la mantuvo durante años sentada en un sillón, dependiente para todo de los cuidados de su marido, mi padre, desde muy pequeño, pasó a estar al cuidado de su padrino, Francisco José, un artesano zapatero que se ocupó de enseñarle el oficio y transmitirle inquietudes y conocimientos que él tenía.

(fotografía encontrada en Internet de un antiguo taller artesano de zapateros)

Casi un adolescente se enamoró de una chiquilla de su misma edad que iba diariamente a bordar al convento de las monjas. Durante más de diez años mantuvieron un noviazgo en los que él pasaba por delante de su casa, anunciando su paso con una tos o un "sonoro sonado de nariz" (mi madre contaba, entre risas, que mi abuela le avisaba cuando ella no le había oído).
(la fotografía que selló el compromiso)

Se casaron en 1931, tuvieron una hija, mi hermana Magdalena, en 1933 y vivieron unos años felices, él dedicado a fabricar preciosos zapatos a medida y ella bordando los ajuares que las hijas de los terratenientes encargaban a las monjas.

(mis padres, de paseo por Bailén)

En 1936 mi padre fue incorporado a filas para combatir en la guerra civil. Su regimiento no era de los sublevados pero si fue de los vencidos. Él que no había disparado ni un solo tiro en los tres años de guerra,  porque se los pasó confeccionando botas a medida para todos los jefes y oficiales, pasó tres horribles meses en un campo de concentración en un islote cerca de Huelva, hasta que se demostró que no había ningún cargo contra él.

Volvió andando hasta Bailén, detenido en cada pueblo que cruzaba hasta que comprobaban sus papeles y, cuando llegó al lado de su esposa y de su hija, estaba enfermo y afectado de todas las "plagas" que se adquirían en los calabozos.

Supongo que con un futuro bastante incierto en el pueblo, después de acabar la guerra, decidió escuchar a su mujer y aceptar un trabajo que le ofrecían en Madrid personas que le conocían bien y que, aunque no tenía nada que ver con su oficio de zapatero si era necesario su buen hacer y su responsabilidad. Así que en febrero de 1940 se instalaron en la calle Joaquín García Morato (antes Santa Engracia y ahora también).

En abril de 1943 nací yo y como a mi hermana mayor le gustaba más quedarse junto a la falda de mi madre, que tampoco era muy amante de paseos y fiestas, desde muy pequeña mi padre me llevaba al Retiro, al Parque del Oeste, a la verbena de la Virgen del Carmen, que era en el barrio, o a otras verbenas más lejanas como la de San Isidro en la pradera o San Antonio en la Florida.

De su mano fui por primera vez a Recoletos a la Feria del libro, me contaba muchas historias, quizá de las que había escuchado a aquel padrino que le enseñó a hacerse un hombre y aprendí a leer, sentada en sus rodillas, en las letras gordas del periódico.

Con él tuve siempre mucha más confianza que con mi madre. Era mucho más cercano y jamás me regañó agriamente por nada. Aunque yo pienso que los padres deben ser padres y no amigos de sus hijos, en mi caso, mi padre si fue mi amigo para muchas cosas.

Se llevaba estupendamente con el abuelo Juan y más de una vez medió por nosotros ante mi madre que no estaba muy entusiasmada con mi noviazgo. Fue nuestro padrino de boda y para mis tres hijos mayores un abuelo cariñoso y orgulloso de sus nietos.

Hoy cumpliría esos 110 años que yo decía más arriba pero lo cierto es que nos dejó cuando tenía 70. Fue un 3 de febrero de 1974, ese día su enorme corazón le jugó una mala pasada y se nos marchó un hombre que como decía Machado era "...en el buen sentido de la palabra, bueno."

Para mis chicos, otra historia de la abuela y, para mi, el orgullo de recordar hoy a uno de los hombres a los que más he querido en mi vida.

Feliz mes de mayo
Abuela Ana

domingo, 7 de abril de 2013

El Principito. Feliz 70 aniversario

Esta semana El Principito y yo hemos cumplido los mismos años.


No tenía ni idea y al final lo hemos celebrado el mismo día. Realmente mi cumpleaños fué el día uno, pero mi fiesta sorpresa me la hicieron ayer, cuando en todos los medios se hablaba del 70 cumpleaños del pequeño habitante del asteroide B612.

Yo no había leído la novela de Antoine de Saint- Exupéry hasta hace tres o cuatro años, cuándo la comentamos en nuestro taller de lectura de los jueves. Siempre hubo algún ejemplar en casa, porque era lectura casi obligada de mis hijos y lo cierto es que no se me ocurrió nunca hojearla en profundidad.

Hoy os recomiendo a los que no la hayáis leído que lo hagáis. No es un libro solo para niños, sino un libro lleno de metáforas y de pensamientos bellísimos que a los mayores nos hacen recordar los mejores años de nuestra vida.



Cuando seáis abuelos os daréis cuenta de lo profundas que pueden llegar a ser las preguntas que os hacen vuestros nietos.

Las ilustraciones, dibujos originales del autor, también son parte importante del disfrute de la lectura.





En cuántos libros de auto ayuda, tan de moda en estos días, no habrán reproducido una y otra vez muchas de las frases del pequeño príncipe.


Esta, por ejemplo, a mi me parece muy sensata.

Estoy segura de que no os estoy haciendo ningún descubrimiento al hablaros de este libro pero me ha hecho ilusión que seamos coetáneos y que celebremos juntos un cumpleaños redondo.

¡FELIZ ANIVERSARIO!
Abuela Ana

miércoles, 20 de marzo de 2013

Semana Santa y gastronomía

La gastronomía está muy unida a las tradiciones y también a la religión.

Hoy voy a dedicar esta entrada a dos recetas típicas de la Semana Santa de Hellín

De Hellín era el abuelo Juan y, aunque él vivió fuera de su ciudad natal desde muy joven, cuando llegaba la cuaresma procuraba que en casa no faltaran ni el mojete, ni los panecicos dulces.

MOJETE DE VIERNES SANTO

Ingredientes:
Tomate natural pelado y sin triturar, en lata.
Cebolla tierna
Huevos duros
Aceitunas negras
Atún en aceite de oliva
Pimientos morrones
Aceite de oliva virgen
Sal

(Estas cantidades son las que yo he utilizado)

Las cantidades en los ingredientes varían, por supuesto, porque en Hellín este plato lo preparan en las peñas de tamborileros, en enormes lebrillos de barro o en los más modernos barreños de plástico. Incluso lo normal en cualquier casa es preparar una buena cantidad para la familia y las posibles visitas.
Al abuelo Juan le gustaba acompañar el mojete con habas tiernas crudas que iba desgranando sobre la marcha.

Preparación
En una fuente honda se ponen las cebollas tiernas picadas, los tomates de lata después de escurrir el líquido -sin apretar demasiado- y se pican un poco con una cuchara, las aceitunas negras, el atún desmenuzado, los huevos duros partidos en cuadraditos, un pimiento morrón en tiras finas y (optativo) migas de bacalao sin desalar. Se aliña con un generoso chorro de aceite de oliva virgen y se sala al gusto. (Menos sal, si hemos añadido bacalao). Se mezclan todos los ingredientes y se deja reposar unas horas antes de consumirlo.

(En algunos bares de Hellín, sirven un platito como acompañamiento de un buen vino de Jumilla)

PANECICOS DULCES

Ingredientes (para la masa de los panecicos)
Pan casero (mejor de uno o dos días antes)
Huevos (6)
Azúcar (2 cucharadas soperas)
Canela en polvo
Aceite de oliva para freír



Ingredientes para el almíbar
Agua
Azúcar (1/4 kg)
Canela en rama
Cáscaras de naranja y de limón
Clavo
Piñones

Las cantidades en los ingredientes varían igual que para el mojete, porque yo recuerdo cantidades ingentes de panecicos en alguna de las casas a las que fui de visita.

Preparación  (de los panecicos)
Al pan casero, mejor redondo, se le quita la corteza y la miga se ralla con un rallador o se desmigaja con las manos en una fuente y se va haciendo una masa, añadiendo los huevos batidos, hasta que tenga una consistencia blanda. Algún huevo puede sustituirse por medio cascarón de agua. Se espolvorea la masa con canela en polvo y un poco de azúcar.

Se pone al fuego una sartén honda con bastante aceite de oliva en el que se fríen unas cortezas secas de naranja para suavizar el sabor. Cuando el aceite esté bien caliente se van echando a la sartén, con una cuchara sopera,  porciones de la masa que tenemos preparada dándole con la mano la forma de pequeños panecillos. Cuando estén dorados los ponemos a escurrir sobre papel de cocina.

(A la vez preparamos el almíbar)

Preparación (del almíbar)
En una olla grande se pone a hervir el agua con el azúcar, la canela en rama, las cortezas de naranja y de limón, uno o dos clavos y un buen puñado de piñones. (Hay quien añade una cucharada de azúcar a punto de caramelo para darle color al almíbar, yo prefiero un chorrito de miel de romero)
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(La cantidad de agua suficiente para cubrirlos bien)

Cuando el caldo esté hirviendo vamos añadiendo los panecicos y los dejamos en ebullición una media hora, hasta que estén bien calados (blanditos). (Hay un truquillo que es poner un plato encima para que no floten y luego tapar la olla)


Se sirven fríos, con su almíbar, trocitos de naranja o limón y unos piñones.

(¡Y están para chuparse los dedos!)

Si hemos hecho mucha cantidad y no los vamos a consumir en 24 horas es mejor guardarlos en el frigorífico.


Espero que no se me enfade nadie si he cometido algún error en las recetas. Mi maestro era un hellinero de corazón y tenía todas las tradiciones de su tierra muy dentro. Las gastronómicas y las otras. Hasta consiguió llevarme a mí con túnica de tamborilera, aunque sin tambor, una noche de Jueves Santo, hace muchos años.


(Tambores en Hellín)

Por supuesto que también hemos hecho hoy las ricas torrijas, pero de esas ya os hablé el año pasado y se que os gustaron.
http://noesblogparaabuelas.blogspot.com.es/2012/03/tiempo-de-torrijas.html

Para hacer estas cosas tan buenas he tenido la colaboración especial de mi hija Ana y de mi nieta Alejandra que, con sus casi dos años, ha flipado con el movimiento que había en la cocina de su abuela.

Buen apetito y felices vacaciones (a los que las podáis disfrutar)
Abuela Ana

viernes, 15 de marzo de 2013

Habemus Papam

La primera vez que escuché "Habemus Papam" fué un día de octubre de 1958 al salir del Instituto Beatriz Galindo. Estaba en sexto curso de bachillerato, el curso casi acababa de empezar y volvía con algunas compañeras a casa. Por la calle Velázquez nos cruzamos con un grupo de chicas de un colegio religioso que repetían la frase una y otra vez. Parecían muy emocionadas y felices.

A nosotras en el Instituto no nos habían dicho nada pero al día siguiente, al entrar en clase, encontramos escrito con grandes letras Habemus Papam en la pizarra. Aquel día todas las alumnas, de todos los cursos, tuvimos que hacer una redacción sobre la elección del nuevo Papa. Menos mal que yo tenía la costumbre de leer el periódico con mi padre y de escuchar las noticias que daban por la radio, en aquel programa que se llamaba El diario hablado de Radio Nacional de España y, la redacción no me quedó mal del todo.

A la muerte del Papa Pío XII, que fue al primero que yo conocí y que recuerdo como una figura majestuosa y distante, al que, aparte de en fotografía, solo había visto alguna vez en el cine cuando salía en el NO-DO,

(Pío XII, como en un cuadro del Siglo de Oro)

los cardenales habían elegido en aquel primer Cónclave del que yo tuve noticia, al Cardenal Roncalli, que eligió llamarse Juan XXIII.

(Juan XXIII fué beatificado en el año 2000)

El Papa Juan XXIII puso en marcha muchas reformas en la Iglesia y convocó El Concilio Vaticano II. Su aspecto sencillo le valió el apodo de "El Papa bueno".

Su pontificado no duró mucho, murió en 1963 y el nuevo cardenal elegido Papa fue Antonio María Montini, que escogió el nombre de Pablo VI.

Ese Habemus Papam recuerdo que lo escuché en una pequeña radio que tenía en mi mesa de la oficina y que, alguien que estaba allí en ese momento, comentó que a Franco no le iba a gustar porque el Cardenal Montini había sido, en ocasiones, muy crítico con el régimen. Yo era muy joven y entonces no sabía de qué hablaba aquella persona.
(Pablo VI, fué el primero que viajó a los cinco continentes y se ganó el apodo de "El Papa peregrino")
En 1965, cuando me casé, una amiga desde Roma me hizo llegar, como regalo de boda, un telegrama con la bendición de Su Santidad Pablo VI. Me hizo ilusión y conservo el papelito de telégrafos junto a las fotos de ese día.

En agosto de 1978 falleció Pablo VI y en el Cónclave siguiente, el 26 de agosto salió elegido el Cardenal Albino Luciani que adoptó el primer nombre compuesto en la historia del Papado: Juan Pablo I, en homenaje a sus dos antecesores.

(Juan Pablo I, salió al balcón de la plaza de San Pedro vistiendo  sencillamente la sotana blanca )
Al Cardenal Luciani le llamaron "El Papa de la sonrisa". Pasó por el Vaticano como de puntillas. Su pontificado duró exactamente treinta y tres días. Murió mientras dormía, el 28 de septiembre de 1978..

Recuerdo que en aquella época tenía mucho trabajo con mis cuatro hijos, la última de pocos meses y me impactó mucho escuchar una mañana que Juan Pablo I había muerto. Casi no le había visto nunca porque aquellos días yo veía poca tele.

Sin haber tenido tiempo de "recoger" la organización del último cónclave, se convocó otro nuevo. En esta ocasión hubo muchas sorpresas. Creo que todo el mundo estaba pendiente de la chimenea de la Capilla Sixtina.

El 16 de octubre el humo salió blanco y se anunció Habemus Papam (polaco). La nacionalidad del Cardenal Karol Wojtyla fué la primera sorpresa. Se rompía la costumbre de que casi todos los papas hubieran sido italianos. Eligió continuar con el nombre de su antecesor, esta vez Juan Pablo II.

(Juan Pablo II en su primera bendición Urbi et orbi)
Juan Pablo II, era muy joven,  tenía nuevas costumbres, había sido actor de teatro en su juventud, hacía deporte, mandó construir una piscina para su uso, fue un viajero incansable. Utilizó en sus desplazamientos el conocido como "papamóvil", dejando de lado la ceremonial "silla gestatoria".

En 1981 sufrió un atentado mientras recorría en el papamóvil la Plaza de San Pedro. Papa entre dos siglos quizá haya sido el más mediático y del que más se haya escrito. Yo solo quiero recordar aquí esas primeras impresiones de su comienzo y de su doloroso final. Nunca quiso retirarse a pesar de estar muy enfermo.

Después de más de veintiseis años de pontificado murió en abril de 2005. Su sucesor lo beatificó en mayo de 2010.

Del siguiente cónclave me acuerdo muy bien. En esa ocasión  pasé mucho tiempo frente al televisor, siguiendo, casi en directo, todas las ceremonias ancestrales de la elección de un nuevo Papa.

Como si se tratara de una película -recuerdo Las sandalias del pescador- los informativos y las conexiones en directo ofrecían un espectáculo de una gran belleza en el que hasta el último movimiento estaba controlado. Verlo desde mi sillón, a todo color, me fascinó.

El elegido, de nuevo sorprendió a muchos. Esta vez era un cardenal alemán, Joseph Ratzinger que quiso ser el Papa Benedicto XVI.  El cardenal alemán había sido asesor teológico durante el Concilio Vaticano II y se alabó mucho su capacidad intelectual.
A mi me gustaba saber que tocaba el piano y tenía un gato.

(Benedicto XVI, bendiciendo a los católicos del mundo con una gran sonrisa)
Poco antes de cumplirse los nueve años de su pontificado, Benedicto XVI dejó sin palabras al mundo al anunciar el pasado mes de febrero que dejaba la Sede Vacante y se retiraba, por motivos de salud, a un monasterio en donde piensa dedicar el resto de su vida a la oración y la escritura. Es el primer Papa, en siglos, que toma esa decisión. Ahora su título es el de "emérito".

Así que hace unos pocos días se convocaba un nuevo Cónclave del que ha salido elegido otro Papa con sorpresa. Esta vez viene de allende los mares (del fin del mundo como dijo él mismo tras ser elegido). El Cardenal Jorge Bergoglio, llega desde Buenos Aires, argentino de ascendencia italiana y perteneciente a la Orden de San Ignacio de Loyola (jesuíta).

Ha pedido llevar el nombre del santo de Asís. Francisco I, y también que recemos para ayudarle en su tarea.. En estos días los medios de comunicación están echando humo aportando toda la información disponible sobre el nuevo Papa. 

(El Papa Francisco I impartiendo la bendición Urbi et orbi, con la sotana blanca, sin más ornamentos, como hizo en su día Juan Pablo I)
A mi me ha gustado que haya elegido ese nombre. Francisco se llamaba mi padre y también uno de mis hijos. Recuerdo haber leído en la biografía del santo que su padre, comerciante de telas, le puso de nombre "francesco", porque era bueno y suave como el paño de Francia.

Mis "franciscos" han sido y son buenos, no siempre suaves pero sí resistentes.

Espero que, sobre todo a mis chicos, esta entrada en mi blog  les sirva para que sientan curiosidad y quieran saber más cosas sobre los siete Papas que ya ha conocido su abuela. Esto es Historia y siempre os puede tocar alguna preguntita.
Abuela Ana 

viernes, 8 de marzo de 2013

En el Día de la mujer



Hoy que en todo el mundo se conmemora el Día de la Mujer quiero contaros una historia.

Es posible que los vecinos del barrio de Chamberí se crucen,  en los últimos meses, por la calle Santa Engracia con una pareja poco corriente. Ella es una mujer joven, aunque su pelo muy corto y muy rizado esté ya casi blanco, él es un caballero que aparenta más edad de la que realmente tiene, porque en el último año su salud le ha jugado una mala pasada y su vida ha dado un vuelco total.
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El caballero, elegantemente vestido, va en una silla de ruedas que empuja cuidadosamente la mujer del pelo corto y rizado. Ella tiene los ojos con un brillo especial, el que dejan las muchas lágrimas derramadas y el que da la decisión de no rendirse nunca. Se llama Concha y es amiga mía desde hace mucho tiempo.

Cuando era casi una adolescente decidió, no sin problemas familiares, unir su vida al hombre que amaba y compartirla con él, muy lejos de su casa, su barrio y su país. Vivió en Mauritania, en Senegal, en América del sur y formó su propia familia, con dos hijas estupendas. Tuvo épocas malas en las que se sintió muy sola en un país extraño, mientras su chico (siempre le llama así cuando habla de su marido) trabajaba y por fin, al cabo de los años volvieron a Madrid, a su barrio de siempre cerquita de la Puerta de Toledo y comenzaron una etapa más tranquila y, quiero pensar que más feliz.

Conocí a Concha en un taller de literatura del centro cultural del barrio hace más de ocho años. Nos caímos bien desde el primer día, a pesar de que yo soy quince años mayor que ella. Sintonizábamos la misma onda en muchísimas cosas y nos contábamos penas y alegrías mientras volvíamos a casa después del taller. Compartimos lecturas, días de teatro, muchos cafés y, un día, a principios de 2012, me contó que iba a ser abuela, como yo.

Otro día, poco después, en febrero de 2012, Concha me llamó por teléfono y me dijo: mi chico está mal, tiene el corazón tan grande que hay que hacer algunas reparaciones. El día de la operación nos comunicó que todo había ido bien y que estaba esperando para poder entrar a verle a la UCI.

Nada salió como esperábamos. Durante meses Concha vivió entre el hospital y su casa, a la que volvía cada día sin saber qué iba a pasar al día siguiente. Más tarde a su chico le dieron el alta hospitalaria y volvió con él a casa.

Ahora vive en otro lugar, alquiló un piso sin barreras arquitectónicas, en donde poder atender mejor los cuidados que necesita el hombre que es el gran amor de su vida y que ahora depende totalmente de ella. La cercanía de una de sus hijas la animó también a mudarse.

Lo que ha sido este último año para esta mujer enamorada, guerrera y luchadora no soy capaz de contarlo. Muchos de los correos que he recibido de ella en estos meses y las larguísimas conversaciones telefónicas que hemos mantenido,  me dan idea de la batalla que está librando. Convertida en cabeza de familia, está luchando contra la sanidad, la administración, la burocracia y el papeleo, para conseguir aquello a lo que tiene derecho.

Sobre su lucha íntima y personal para seguir adelante, contar algo aquí sería una gran indiscreción.

Se, porque ella me lo ha dicho, que se siente muy arropada por sus hijas y por su familia. Sus amigas poco podemos aportar además de hacerle sentir que puede contar con nosotras, de escucharla cuando tenga ganas de hablar y de transmitirle nuestro cariño.

Concha, te lo debía. Eres una buena amiga y una gran mujer.

Aquí os dejo un pequeño regalo para disfrutarlo en este día.

http://youtu.be/i0X4Yu8GZr8
Abuela Ana

domingo, 10 de febrero de 2013

Tiempo de carnaval.

Hace casi un año, en un arrebato castizo, escribí en este blog la rabia que sentía por culpa de la merma de mi pensión. En los comentarios me llamaron "yayaflauta" y por un momento pensé que me había pasado con lo del chotís.

Un año más tarde reafirmo mi opinión.

La serie ininterrumpida de subidas en las facturas de Luz, Gas, Teléfono, porcentajes del IVA, impuestos de Recogida de basuras, Bienes Inmuebles, la normal repercusión de lo anterior en los gastos de la Comunidad de vecinos, y en los gastos del Supermercado han dejado mi poder adquisitivo bastante mermado.
Pero aún tengo que sentirme afortunada porque este año mi pensión haya subido un 1% nada más.

Conozco algún caso y se que hay muchos, en los que la familia come diariamente gracias a la pensión de los abuelos. Algún día alguien estudiará el papel de la "tercera edad en tiempos de crisis".

No hace mucho escuché un comentario de un economista (?), que aconsejaba seguir los consejos de nuestros mayores. Yo me acuerdo mucho de los "milagros" que hacía mi madre en mis años de infancia pero había llegado a pensar que, después del trabajo que había costado salir de aquellos tristes años en blanco y negro y vestidos heredados, la generación de mis hijos y menos la de mis nietos, nunca tendría que conocer algo parecido.

Mientras, cada mañana, los medios de comunicación nos hacen desayunar con informes económicos, primas de riesgo, deudas con intereses astronómicos y noticias de corrupción.¡Estoy harta!, harta e indignada.

Cuando yo era niña había alguna gente que vivía estupendamente, sin conocerse muy bien el origen de sus ingresos. Entonces se los llamaba "estraperlistas" y ahora ¿cómo hay que llamarlos?: promotores inmobiliarios, banqueros, promotores de fiestas y eventos, políticos.... En este tiempo de carnaval cualquier disfraz nos puede valer.

Ayer estuve en Escalona y en los árboles ya empiezan a brotar las nuevas hojas. Me acordé de aquello de los "brotes verdes" de la ministra Salgado y de los "frutos" del presidente Rajoy. A ver si es verdad y también a los españolitos de a pie nos florecen los almendros en los próximos meses.


Abuela Ana

lunes, 14 de enero de 2013

Lecturas cruzadas

Ayer terminé de leer el libro que me regaló "el amigo invisible", Lady Almina y la verdadera Downton   Abbey, escrito por la actual Condesa de Carnarvon. Me ha gustado porque es un relato muy interesante. Al parecer, parte de la investigación, era para un programa de la cadena de televisión que emite la serie Downton Abbey en Gran Bretaña, y que sitúa la historia en Highclere Castle, propiedad de los Condes de Carnarvon

Después, quizá porque había una historia muy documentada de la familia y de una parte muy selecta de la sociedad de la época, el guión se ha convertido en un libro, bastante extenso

Además de investigar la vida de la condesa Almina y de su dedicación durante la primera Guerra Mundial, a los heridos en combate, fundando un hospital en su castillo y otro en Londres,  dotados de los mejores medios humanos y materiales para la cura y recuperación de los soldados, también está muy documentada la "afición" de su esposo, el quinto Conde de Carnarvon por la arqueología egipcia.

Y aquí es donde me he llevado una alegría porque entre mis lecturas de hace muchos años hay un libro que se llama Dioses, Tumbas y Sabios, del escritor alemán C.W.Ceram, publicado en 1949, que es un paseo histórico por la arqueología, muy fácil de leer y que yo conservo en una edición del Círculo de Lectores, creo que de los años 70.
(Edición más moderna)
Pues bien, en la historia de Highclere Castle y sus propietarios, me he encontrado con uno de los descubridores de la tumba de Tutankhamon, en el Valle de los Reyes, Lord Carnarvon, que es uno de los personajes principales en ese capítulo de Dioses, Tumbas y Sabios.

El quinto Conde de Carnarvon, pasó muchos años de su vida costeando excavaciones y a punto de abandonar,  porque no encontraban  más que piezas sueltas y, después de la guerra, su economía no estaba para muchas aventuras, su amigo y compañero en las expediciones, Howard Carter, le convenció para hacer un último intento. Su descubrimiento en noviembre de 1922, de una tumba sellada, sin haber sido saqueada, fue una noticia que dio la vuelta al mundo y colocó a Carter y Carnarvon en las portadas de todos los periódicos de la época.

(Lord Carnarvon, con sombrero en la mano y Howard Carter)
Desgraciadamente Lord Carnarvon no pudo completar su sueño porque cuando Howard Carter abrió el sarcófago del faraón que se encontraba en la segunda cámara, él había muerto a consecuencia de una infección provocada por la picadura de un mosquito. Y ahí empieza la leyenda de la maldición de ........ (mejor lo cuenta el libro que yo leí).

(Cámara del sarcófago)
Así que aprovechando la ocasión voy a recomendar aquí, a mis chicos, y a los amigos que me visitáis que si tenéis ocasión leáis la obra de C.W.Ceram. Es un libro que en cualquier caso no os va a defraudar y si os gusta el arte antiguo y las historias de esos arqueólogos, precursores de" Indiana Jones" lo váis a pasar estupendamente.

Las fotografías las he encontrado en Internet y hay muchas más. Además hay muchísima información, sobre todo, de Howard Carter que es el que escribió un libro sobre La tumba de Tutankhamon.

Abuela Ana

domingo, 6 de enero de 2013

Tiempo de Navidad, y III. El Roscón de Reyes

Ayer por la tarde hicimos la merienda con el Roscón de Reyes. Siempre hemos hecho una fiesta en casa el día 5 de enero porque, ese día, era el cumpleaños del abuelo Juan. Terminábamos tomando roscón con chocolate.

He procurado mantener la tradición y la fecha y ahora que somos muchos más que en aquellas fiestas de cumpleaños, nos reunimos para dar por finalizado el tiempo de Navidad. No estábamos todos porque faltaban nuestros tres de Colonia, pero los sentíamos cerquita.

El roscón estaba buenísimo. Los encargué en una panadería que han abierto a la puerta de casa (Pastelería Riqano) y vale la pena disfrutar del trabajo de un buen profesional. Nada que ver con los del super.


Cuando nos reunimos en la cena de Nochebuena, Juan, el pequeño de mis nietos, sugirió hacer un "amigo invisible" el día del roscón y ayer todos tuvimos nuestro regalo después de la merienda.

Doy desde aquí las gracias a mi "amigo" que, conociendo mis gustos, me regaló un libro con el que voy a pasar estupendamente los próximos días de invierno, sentada en mi sofá de leer.


(Para conocer mejor la historia original de mi serie favorita de los últimos tiempos Downton Abbey).

Hoy día de Reyes, algunos sueños se habrán cumplido, otros tendrán que esperar tiempos mejores,  pero lo más importante es que no perdamos la ilusión, que nos sintamos siempre niños y cada  5 de enero dejemos los zapatos en el balcón y nos vayamos a dormir con los ojos bien apretados para que los pajes de los Reyes Magos no nos encuentren despiertos.

También hoy este blog cumple su primer año de andadura. Ha sido toda una experiencia. Al principio pensé que no iba a ser capaz de mantenerlo, luego poco a poco he ido aprendiendo y espero seguir haciéndolo. Debo confesar que a veces me he puesto nerviosa antes de publicar alguna cosa. He sentido un cierto pudor al contar vivencias personales pero al final me he dicho que esto es un cuaderno de bitácora, y hay días en los que una no está especialmente alegre y no es malo echar la vista atrás y contar a los tuyos y a los amigos que te siguen,  lo que piensas y lo que sientes.

Muchas gracias a todos los que habéis dedicado un ratito de vuestro tiempo a leer "mis historias", espero poder contaros más cosas en este 2013 que acabamos de estrenar.

Y... como dice el villancico popular..."la Nochebuena se viene, la Nochebuena se va....."
Que este nuevo año procuréis ser felices y hacer felices a los que os rodean.
Abuela Ana